En la firma de origen vasco reconocen que “nuestro recorrido como empresa cotizada es reducido (salimos a Bolsa el 11 de junio de 2021)”, pero inciden en que “en nuestras conversaciones con inversores hemos observado cómo muchas gestoras de fondos han adaptado sus carteras a los requisitos regulatorios exigidos para que sus productos sean categorizados como inversiones sostenibles”. Nos encontramos -dicen- ante un mundo financiero cada vez más exigente en cuanto a aspectos ESG: transparencia y exigencias hacia el buen gobierno (la letra G) planes de acción para que las compañías minimicen sus emisiones contaminantes, mitiguen el cambio climático y potencien la economía circular (E) y hojas de ruta con el objetivo de mejorar el bienestar de las personas y reducir las desigualdades sociales (S).

A nadie se le escapa que la invasión de Ucrania ha supuesto un cambio convulso -aseguran en la compañía energética- para el escenario geopolítico y que fuerza a imponer nuevas prioridades en los mercados, como una inflación extraordinaria en los precios de las materias primas y unos problemas graves en las cadenas de suministro. Sin embargo, "ciertas megatendencias que ya se venían observando y que afectan directamente a nuestra actividad en Arteche, como es la transición energética, claramente en auge, están por encima de la coyuntura bélica actual”. 

Arteche es líder en productos esenciales para esta transición energética y tiene la determinación de seguir aportando valor al sector eléctrico y contribuir a su transformación, invirtiendo fuertemente en el ecodiseño de nuestros productos, ya que ello es de vital importancia para la sostenibilidad del planeta. Todo ello está directamente ligado a la capacidad de crecimiento que podemos ofrecerle al inversor (todas las variables que afectan a nuestro sector están creciendo), sin tener además que renunciar a la rentabilidad, ya que muchos estudios realizados hasta el momento demuestran que efectivamente los fondos sostenibles se comportan incluso mejor que los tradicionales. 

Cada vez son más los gestores (tanto accionistas de Arteche como potenciales inversores) que aplican criterios de inversión responsable en su actividad, enfatizan en la firma, y aspiran a que las entidades en las que invierten cumplan y promuevan en su ámbito de actuación principios sociales, medioambientales y de buen gobierno corporativo y “mantienen un posicionamiento activo en estos aspectos, materializado vía ejercicio de sus derechos políticos en la Junta de Accionistas o en las peticiones de información concreta que nos requieren”.  

El compromiso con la sostenibilidad siempre ha estado en nuestro ADN y ha sido primordial en la estrategia de Arteche a lo largo de nuestros 75 años de historia y desde entonces, dicho compromiso está arraigado en nuestros Valores corporativos y en nuestra gestión operativa. Nos adherimos como firmantes al Pacto Mundial en el año 2014 y, fruto de este compromiso y de la escucha activa con todas nuestras partes interesadas, “centramos nuestro desarrollo y esfuerzo en 6 ODS: educación de calidad; igualdad de género; trabajo decente y crecimiento económico; industria, innovación e infraestructura; ciudades y comunidades sostenibles; y producción y consumo responsables”. De forma que “hemos integrado la estrategia ESG dentro de nuestra estrategia operativa, culminado en el año 2021 con la aprobación por el Consejo de Administración de Arteche de la Política de Sostenibilidad y el Plan Estratégico de Sostenibilidad 2022-2030, demostrando así el compromiso del máximo órgano ejecutivo con una estrategia integral sostenible. Adicionalmente, una parte relevante de la financiación del Grupo está ligada a criterios sostenibles.

“Somos una empresa referente en nuestro entorno en materia de ESG por lo que durante este año 2022, nos han galardonado con sendos reconocimientos”: el de empresa familiar española más sostenible en el sector energético entregado en la primera edición de los premios Forbes-Credit Suisse Sustainability Awards y a la firma más sostenible en el epígrafe de Transparencia y Buen Gobierno en la primera edición de los premios de Competitividad Sostenible, organizados por BBK y El Correo (Vocento).
Los expertos están de acuerdo -y así lo asumen en Arteche- en que la guerra no paraliza, sino que acelera la transición ecológica y el ESG, por lo que “todo lo que tiene que ver con la transición energética, de la que Arteche es parte importante, se va a acelerar”. 

Europa se ha dado cuenta de que es demasiado dependiente energéticamente, y esa transición, que inicialmente se quería realizar poco a poco, va a tener que llevarse a cabo mucho más deprisa y gracias al camino ya recorrido, “en Arteche estamos completamente preparados para llevarla a cabo con éxito”. Las energías alternativas “están recibiendo y van a recibir mucha más inversión”. Se espera que la energía renovable crezca a una tasa interanual de más del 15% hasta el año 2030, cuando representará alrededor de un 60% del total de la generación de energía global y c.90% en 2050. Países y empresas quieren mitigar su exposición al aumento de los precios del petróleo y el gas mediante un mayor uso de alternativas de menor coste, como las renovables y la inversión en energía nuclear. Por todo ello “estamos convencidos de que se trata de una tendencia imparable y que el foco en la inversión sostenible va a continuar avanzando en esta misma línea en el futuro”.