ArcelorMittal sigue sufriendo a cuenta de las materias primas
<p>El elevado coste de la energía y el de las commodities en los mercados internacionales está pasando factura a la acerera que ve como en las diez sesiones precedentes, los inversores se alejan del valor, mientras se aleja cada vez más de la cota de los 30 euros por acción.</p>
ArcelorMittal sigue con grandes problemas ante los efectos perniciosos e inmediatos de la guerra. El encarecimiento de la energía se une al del resto de las materias primas que necesita para sus trabajos y, por un lado, eleva sustancialmente el coste de sus proyectos y por el otro, promueve paradas parciales para poder afrontar la electrointensividad de su labor.
De hecho, durante la última semana ha tenido paradas parciales en sus instalaciones. Sin embargo, ya ha reactivado todas sus instalaciones, aunque, como se indica de la compañía, han vuelto con menores niveles de producción en sus distintos trabajos. A todo esto, hay que sumar los efectos añadidos de la huelga de transporte que dejaba sin material a las factorías.
Así se ven afectados sus trabajadores, en el caso de la factoría de Gijón, por ejemplo, la menor producción implicaba a 1600 de los 5000 trabajadores asturianos. También en el País Vasco, donde hoy mismo comienzan las negociaciones de un nuevo ERTE que se reactivará con nuevas paradas previstas por el elevado coste de la luz, que llevará también, en sus cinco instalaciones de la CCAA, a minimizar la producción.
Todo ello impacta y mucho en su cotización, con recortes en 7 de las 10 últimas sesiones y con acumulado a la baja que roza el 8%. De cualquier forma, a pesar de todo ello recupera desde el comienzo de la guerra de Rusia contra Ucrania un 5,5% que se convierte en avances en el mes del 4,55% y en el año las caídas apenas rozan el 1%.
Entre las buenas noticias, destaca que la próxima junta de accionistas de la compañía, que se celebrará el 4 de mayo de forma virtual, aprobará el pago de su dividendo, tras cerrar un 2021 con beneficios, tras las pérdidas cosechadas durante la pandemia por la compañía. Hablamos de 14.956 millones de dólares frente a las pérdidas de 733 millones de 2020, gracias a la subida de los precios del acero, que llevaron a superar los 76.570 millones en ventas anuales.
Esto propicia el avance en el dividendo, que será de 0,38 dólares por acción con cargo a esos resultados frente a los 0,30 dólares abonados el año anterior, con un aumento por tanto del 26%. El abono se producirá el 10 de junio y ArcelorMittal prevé destinar a esta partida de retribución a los accionistas 346,13 millones de euros.
Para la acerera, que está sufriendo los problemas económicos derivados de la subida de la factura de la luz desde Jefferies, recomiendan comprar sus acciones, según indica su analista Alan Spence que considera atractiva la tenencia de sus títulos, aunque la firma neoyorkina no presenta cambios en su precio objetivo que se mantiene en los 43 euros por acción, lo que le otorga un potencial del 53%.
En cuanto al análisis técnico del valor, ArcelorMittal “logra vulnerar la gran zona de resistencia comprendida en torno a los 30,86 / 30,145 euros por acción, continuando la estructura de mínimos y máximos crecientes de fondo. La primera área de soporte estaría en las medias móviles simples de medio y largo plazo. La siguiente zona de soporte relevante está comprendida en torno 23,30 / 22,825 euros por acción y la directriz alcista de largo plazo en color fucsia”.
ArcelorMittal en gráfico diario con Rango de amplitud medio en porcentaje, oscilador MACD y volumen de contratación
En cuanto a los indicadores técnicos premium de Estrategias de Inversión, vemos que el valor en modo alcista alcanza una puntuación de 9,5 puntos de los 10 posibles para el valor. Solo en negativo se muestra la volatilidad, el rango de amplitud que es creciente a medio plazo.
En la parte favorable destaca la tendencia a medio y largo plazo, alcista en ambos casos, el momento total, lento y rápido, es positivo. El volumen de negocio es creciente en sus dos vertientes, a medio y largo plazo, mientras que el rango de amplitud es decreciente a largo plazo.