Iberdrola y su encrucijada entre lo mejor y lo peor de la guerra rusa
<p>La compañía energética se ve situada entre dos aguas en esta crisis energética que estamos padeciendo. Por un lado, se ve favorecida ante el negocio de las renovables, pero por el otro está siendo castigada en bolsa ante la incertidumbre de qué pasará en su cuenta de resultados con las posibles medidas políticas que pueden implementarse desde el Gobierno. De momento, desde Moncloa piden al sector que inviertan en infraestructuras y no se ha puestos sobre la mesa posibles “impuestos”
Iberdrola todavía avanza posiciones al calor de la llegada de la guerra que tanto está favoreciendo en el mercado de las energías alternativas y su presencia sustanciosa en renovables, como uno de los grandes actores mundiales del sector. Sin embargo, la beneficiosa subida de los precios de la luz para sus arcas le ha convertido en el centro de las propuestas que tiene ahora mismo sobre la mesa el gobierno para abaratar la factura de la luz.
De hecho, el pasado martes, Moncloa convocaba a la plana mayor del mundo energético y de la reunión solo salían indicios de cooperación, y peticiones del Gobierno para que las eléctricas “arrimen el hombro” con inversión en infraestructuras. Pero nada se sabe con certeza de las medidas a implementar, de tal modo que, ayer mismo junto con Enel y Endesa indicaban en la publicación “Político” que estaban en contra del intervencionismo ante los mal llamados “beneficios caídos del cielo”.
En su gráfica de cotización, vemos que el valor se mantiene penalizado a la espera de novedades, aunque ha recuperado ya lo perdido ante la crisis, con avances en las últimas 20 sesiones cotizadas del 5,11% para el valor. En lo que va de año el recorte que acumula es del 5,62%.
Además, acaba de aplazar, ante la difícil situación, el Día del Inversor que iba a celebrar el pasado 22 de marzo, sin nuevo día establecido ante la incertidumbre de la coyuntura y suponemos que ante los anuncios que iba a realizar, con la presentación actualizado de su Plan Estratégico, ya que se verán trastocados por las medidas del gobierno. De momento ha vuelto al mercado para financiar con una emisión de 1.000 millones de euros sus instalaciones de eólica marina en Francia y también en Alemania, con un cupón anual al 1,375%.
A su vez General Electric acaba de acordar con la compañía en Australia el suministro de 38 turbinas eólicas para el proyecto de su parque en Flyers Creek, que estará finalizado en 2023. Una vez que se acabe, el parque eólico tendrá una capacidad de 145,5 MW y alimentará al equivalente a 86.000 hogares.
El analista de BiG José Luis Herrera, destaca que Iberdrola “está en un lateral desde el pasado mes de septiembre y tiene la base del mismo alrededor de los 8,5 y la parte alta en los 10,35 euros. Para pensar que puede superar ese lateral al alza, el valor tendría que superar, al menos, los 10,20 euros, dejando atrás la directriz bajista, quizás mejoraría algo el aspecto y tendría posibilidades de romper ese lateral al alza. Por la parte baja, hay que vigilar que no pierda el soporte de los 9,35 euros”.
Para Néstor Borrás, analista independiente Iberdrola “logra rebotar desde el nivel de soporte clave 8,445 euros, dejando un mínimo en el que trabajar a la altura de los 8,472 euros por acción. Las primeras resistencias están situadas en las medias móviles simples de medio y largo plazo. Para confirmar un cambio de tendencia, es necesario vulnerar la resistencia 10,346 euros, puesto que, validaría un patrón de doble suelo al tener, actualmente, dos mínimos en la zona del soporte 8,445 euros por acción”.
Iberdrola en gráfico diario con Rango de amplitud medio en porcentaje, oscilador MACD y volumen de contratación
Y si a esto sumamos sus indicadores técnicos de Estrategias de Inversión, vemos que el valor apenas registra, en modo bajista, 1 de puntuación total de los 10 que puede alcanzar en el mercado. Hablamos de que, solo en positivo, se muestra el volumen de negocio para Iberdrola, que es creciente a medio plazo.
El resto, tendencia bajista, tanto a medio como a largo plazo, el momento total, tanto lento como rápido es negativo para el valor, así como su volumen de negocio, a largo plazo, que se muestra decreciente. A esto sumar cómo la volatilidad, en sus dos vertientes, a medio y largo plazo, es creciente para el valor.