Más vale un mal acuerdo que un buen pleito, y más si el buen pleito puede airear las vergüenzas de una compañía que quiere aprovechar el momento de debilidad de su mayor competidor está sufriendo a causa del Boeing 737 MAX.

Boeing ha aprovisionado 3.600 millones de euros en sus cuentas del ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 2019 para hacer frente al pago de posibles sanciones por parte de las autoridades francesas, británicas y estadounidenses.

La cifra no es al azar sino que proviene de los acuerdos suscritos con la Parquet national financier francesa (PNF), el Serious Fraud Office británico (SFO) y las autoridades estadounidenses en el marco de sus respectivas investigaciones por soborno, corrupción e inexactitud de las declaraciones realizadas en el marco de la International Traffic in Arms Regulations (ITAR).

En cualquier caso, los acuerdos están pendientes de homologación judicial. Según destaca la propia Sociedad, el único que ha recibido un visto bueno provisional es el alcanzado con la SFO. La Sociedad espera que el próximo viernes tenga lugar la vista en las tres entidades reguladoras. Una vez que se conozca el fallo, y conforme a la normativa vigente en España, la Sociedad deberá comunicar al mercado el coste total de las sanciones. No obstante, no es de esperar que se produzcan grandes diferencias por las presentadas.