Matteo Salvini, líder de la Liga Norte italiana, fue especialmente duro contra los bajistas en bolsa y reabre el debate sobre la prohibición de cortos

Con las caídas que sufre el mercado, son muchos los accionistas que creen que la operativa en corto o bajista en bolsa debe prohibirse en el mercado. Es, probablemente, el comentario más extendido entre los inversores. En la memoria de los traders hay una referencia: el verano del 2012, cuando en varios países de Europa se prohibió esta operativa durante tres meses. No lo hicieron tanto por las caídas, sino por los falsos rumores que corrían en el mercado en ese momento, en plena crisis de la deuda europea. Incluso en momentos puntuales, la CNMV ha llegado a prohibir operar en corto en determinados valores para intentar parar la especulación.

Idea de prohibir cortos que se han disparado en toda Europa tras los tuits de Matteo Salvini, quien vio con preocupación la apertura bajista de la bolsa italiana. El líder de la Liga Norte tuiteó: "En vista de la apertura que nos espera, pido que se prohíban las posiciones cortas, incluso con instrumentos derivados. En situaciones como esta, a veces muy pocos ganan pocas cantidades de dinero en detrimento de todos, como ocurrió en 1992 con Soros cuando él especuló a la baja contra nuestro país. No es tolerable que alguien aproveche esta situación especulando en contra de los ahorros de los italianos. Confío en que los reguladores reprimirán cualquier abuso". Con estas contundentes palabras, el líder italiano daba su opinión sobre estas posiciones, pero ¿es cierto que la prohibición de bajistas en bolsas puede hacer que las caídas desaparezcan o frenen? Lo analizamos.

La prohibición de las posiciones cortas o bajistas en bolsa: ¿es efectiva?

Aunque en un principio, sobre todo a corto plazo puede suponer un alivio a los mercados al despertar una falsa mayor confianza en determinados inversores, muchos expertos consideran que la prohibición de posiciones bajistas incluso puede ser perjudicial. Los analistas creen que una acción cae cuando tiene que caer, independientemente de que existan cortos y el sector al que pertenezca. Las compañías con malos gestores o en sectores con malas expectativas caen, incluso con pocas posiciones cortas. Un ejemplo de ello sería Repsol, empresa que lleva cayendo desde los 16 euros alcanzados hace apenas unos meses y que apenas tiene posiciones bajistas de relevancia. 

Por otro lado, cabe destacar que prohibir los cortos podría suponer un riesgo para los costes de las transacciones y para la liquidez de los valores. Y es que estas posiciones no solo buscan un beneficio (como cualquier operativa), sino que además protegen las posiciones largas del pequeño inversor que opte por esta operativa como del gran fondo de inversión. Si la prohibición llega a las bolsas, muchos inversores comprarán pensando en que es una excelente noticia que parará las caídas, cuando en realidad existe un riesgo importante: que quien va a largo y apuesta en corto a la vez considere vender su participación alcista (y también bajista) para proteger su capital. Por lo tanto, se genera un doble problema de liquidez. Si el mercado o una empresa tiene que caer, acabará cayendo con o sin cortos. 

¿Por qué sí prohibir los cortos? Algunas claves

Prohibir cortos también tiene algunas ventajas. Una de ellas es parar la especulación. Aunque no se deberían ponerle puertas al campo, cierto es que reducir una vía de especulación sobre los precios puede, al menos, hacer reducir la volatilidad de una empresa. Asimismo, cabe destacar que sí existen malas praxis con este tipo de operativas, especialmente por grandes fondos que no solo causan problemas en los valores, sino que además estigmatizan este tipo de apuestas (permitidas y válidas, faltaría). Estos problemas llegan de la mano de falsos rumores, que no solo hunden las cotizaciones por un gran ataque bajista, sino que quitan el apetito comprador. Además, los cortos suponen para las empresas una gestión de sus negocios sin las presiones de los bajistas en el mercado.